A lo
largo de cientos de años el ajedrez ha sido definido de infinidad de maneras:
como juego, como ciencia, como deporte, como estrategia, como técnica
educativa, como modo de ver la vida, como modo de ver la guerra, como una
actividad intelectual, como un ejercicio de razonamiento y concentración.
Entonces, ¿qué es el ajedrez?
Lo
anterior ha provocado polémicas y dilemas entre los adeptos a este tablero con
figuras. Este deporte-ciencia-juego de ingenio simboliza la guerra, y ha
adquirido gran popularidad, se juega entre dos oponentes, en donde no
interviene para nada el azar, sino la rapidez intelectual de los competidores.
Los
aspectos técnicos son importantes: cada jugador cuenta con dieciséis piezas (8
peones, 2 torres, 2 caballos, 2 alfiles, el Rey y la Reina); y se desplazan
estas piezas por un tablero de 64 casillas blancas y negras alternadas,
llamadas escaques. El juego finaliza cuando uno de los Reyes es vencido, en
términos ajedrecísticos, cuando lo colocan en posición de Jaque Mate.
Este
pequeño apartado también tiene la intención de presentar un poco sobre la
historia del juego. El ajedrez se originó en el Valle del Indo, y sus comienzos
datan del siglo VI de la era cristiana. En sus orígenes se lo denominó
Chaturanga o juego del ejército. Fue difundiéndose a través de las rutas
comerciales de aquel tiempo, llegó a Persia y al Imperio Bizantino,
extendiéndose por toda Asia.
Los
árabes estudiaron profundamente el juego, analizaron sus movimientos y
escribieron varios tratados sobre ajedrez. Con la invasión de los árabes a
España, llega alrededor del año 700 a la península y se comienza a difundir en
Europa, aunque hay datos de que ya lo jugaban los vikingos y los cruzados que
habían visitado Tierra Santa.
Se han
encontrado piezas de épocas medievales que testimonian la presencia del juego
en varias zonas europeas. Alfonso X, El Sabio, el escritor medieval
galaico-toledano, interpretó, tradujo y adaptó tratados de ajedrez, a la vez
que escribe su "Libro de Ajedrez". Hasta el siglo XVIII el ajedrez
era un juego predilecto especialmente de la nobleza y la aristocracia, pero
comienza a popularizarse hasta llegar a jugarse en cualquier ámbito, y tanto entra
a la Universidad como a los cafés. Las normas y su reglamento han variado a
través del tiempo, pero sigue siendo un juego de lógica, estrategia y
concentración.
Asimismo
existen un gran número de leyendas que hablan sobre los orígenes del ajedrez.
El más conocido es la leyenda que nos sitúa su
nacimiento en la India. Su inventor un brahmán llamado Sissa Ben Dahir lo
concibió para distracción y ocio de un rey, tal fue el éxito en la corte
de dicho rey que ofreció a tan brillante inventor que eligiera su recompensa.
El brahmán solicitó que le fuera concedido un grano de trigo en la
primera casilla del tablero, dos en la segunda, cuatro en la tercera y
seguir doblando la cantidad hasta totalizar las 64 casillas del tablero.
Dejo a disposición de la gente que tenga una calculadora a mano, el
saber la cantidad de granitos de trigo le correspondían al sabio por la
invención del juego, dudo que el rey pudiera hacer frente a dicha comanda, ya
que la cifra final es tan elevada que sobrepasa la producción mundial de trigo
de la actualidad.
Casi todos los escritos que hay sobre los orígenes del ajedrez tienden a
realzar el influjo que ejerce a todo aquél que lo practica. Las leyendas
se originan en distintas civilizaciones pero en su mayoría se sitúan en el
Lejano y Cercano Oriente.
Dichas narraciones fueron transmitidas de forma oral y los árabes, al
ser los sucesores de la tradición cultural de la zona indo-persa por derechos
de conquista, fueron los que asimilaron las tradiciones del ajedrez a su
cultura. Con el tiempo pasaron a ser escritas adaptándolas a su
conveniencia.
Sea cual
sea el origen de dicha disciplina, lo importante a destacar para los fines del
ensayo es que el conjunto del juego de
ajedrez con el tablero y las piezas colocadas en posición inicial nos hace
recordar un campo de batalla, definido por unos límites en el cual se enfrentan
dos ejércitos claramente diferenciados prestos a entrar en combate.
Las 64 casillas por donde ha de discurrir la confrontación están bien
diferenciadas, siendo de color claro la mitad de ellas y la otra mitad, de
color oscuro. Nos puede correr la imaginación con multitud de batallas
disputadas en este mundo claramente definido, haciéndonos retroceder en el
tiempo donde la caballerosidad y las reglas estrictas de lucha marcaban las
pautas de la batalla.
A través del mismo nos llega un modelo de sociedad militar donde se
reflejan las grandes gestas (la heroica coronación del peón y su transformación
después de todas las penalidades pasadas) y miserias que se producen (la
perdición de un gran ejercito debido a la rápida acción de un comando suicida).
Después
de leer el libro de Kasparov nos encontramos con que el proceso que ocurre
antes de tomar una decisión de cualquier índole es un asunto esencial en la
vida social cotidiana de cualquier persona. De varias opciones de respuesta, se
elige una que por sus características se perfila para resolver un problema o
situación de contexto personal, laboral, profesional, etc.
Las
personas que practican ajedrez, adquieren la capacidad de tomar decisiones
propias, ya sean acertadas o incorrectas, de manera individual y sin
influencias externas, que forjan su carácter, no sólo en el juego ciencia sino
en la vida misma, ya que aprenden a ser responsables y a pensar cada paso que
darán, sabiendo que un solo error puede significar el éxito o el fracaso en
cualquier partida jugada.
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