INTRODUCCIÓN
Chile vive procesos históricos muy importantes,
durante varios años se presentó al país como una región estable tanto política
como económicamente, pero en el 2011 se dieron una ola de movilizaciones donde
se exponen los problemas más significativos.
En
este contexto surge “La movilización
estudiantil de 2011”, misma que corresponde a una serie de manifestaciones
realizadas a nivel nacional por estudiantes
universitarios y de secundaria
de Chile
desde mayo de 2011
hasta la actualidad. Estas han sido consideradas como las movilizaciones más
importantes de los últimos años y una de las mayores desde el retorno a la
democracia.
Simple
y sencillamente, esta es la Movilización Estudiantil más grande y extensa de la
historia del país.
DESARROLLO
Las
movilizaciones nacieron por parte de estudiantes que rechazaban el sistema
educacional chileno, que provee una amplia participación del sector privado
respecto a la del Estado. La situación es la siguiente:
“Actualmente, solo el
25% del sistema educativo es financiado por el Estado, mientras que los
estudiantes aportan el otro 75%.”
Desgraciadamente,
este sistema fue originado durante la dictadura de Augusto Pinochet
a lo largo de los años 1980 finalizando con la promulgación de la
Ley Orgánica
Constitucional de Enseñanza
(LOCE) cuatro días antes de entregar el poder. Como se puede ver, esta ley dejó
al Estado en un rol regulador, delegando gran parte de la enseñanza al sector
privado. Tras la movilización
de 2006, conocida como
la "Revolución pingüina", la LOCE fue reemplazada en 2009 por la Ley General de
Educación, que no
trajo cambios significativos a la ley anterior.
Las
primeras movilizaciones fueron convocadas en Santiago por la Confederación de
Estudiantes de Chile
(Confech), organismo que agrupa a las federaciones de estudiantes de las
universidades que integran el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas —conocidas como
"tradicionales"— para los días 28 de abril y 12 de mayo de 2011, en
reclamo por el financiamiento, retrasos en la entrega de becas y problemas con
la Tarjeta Nacional
Estudiantil (TNE).
Durante
el mes de junio, los estudiantes convocaron a sucesivas marchas en las
principales ciudades de Chile, alcanzando gran convocatoria y demandando
reformas al sistema educacional chileno que fortalecieran el rol del Estado en
la educación. Luego de un mes de paralizaciones, el gobierno presentó su
primera propuesta, estableciendo un nuevo fondo para la educación y facilitando
el acceso a créditos universitarios. Las principales organizaciones rechazaron
la propuesta demandando medidas más de fondo. Sucesivas propuestas del gobierno
abrieron la posibilidad de reformas al sistema, como la desmunicipalización de
la educación secundaria o un cambio constitucional que asegure la calidad en la
educación, pero no fueron consideradas suficientes por los estudiantes.
Los
principales voceros del movimiento universitario han sido los presidentes de la
Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Camila Vallejo
y Gabriel Boric y los presidentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de
Chile (FEUC), Giorgio Jackson
y Noam Titelman. A pesar de que los anteriores fueron
indiscutidamente los principales líderes, también tuvo un rol bastante
participativo Camilo Ballesteros, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de
Chile (FEUSACH).
Paulatinamente, estudiantes secundarios se sumaron a las movilizaciones y
comenzaron a realizar tomas en sus colegios, repitiendo las acciones de la
"Revolución pingüina".
Representando
a los estudiantes de Educación Media está la Coordinadora Nacional de
Estudiantes Secundarios (CONES) y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes
Secundarios (ACES). A medida que la movilización fue creciendo, se incorporaron
por primera vez estudiantes de colegios particulares pagados, Centros de Formación
Técnica (CFT), Institutos
Profesionales (IP) y universidades
privadas, es decir,
los miembros de prácticamente todo el sistema educacional chileno.
UNA MANERA DE ABORDAR LA SITUACIÓN
Al
hacer un recuento de lo que ha ocurrido en América Latina, encontramos
situaciones interesantes. Diversos investigadores especializados en el tema,
plantean que América Latina es la región del mundo donde se aplicaron con mayor
profundidad y constancia las políticas neoliberales. Preocupante situación
porque los modelos sociales no coinciden con lo que económicamente se quiere
imponer y las naciones en vías de desarrollo se ven con grandes problemas
estructurales que atrasan su desarrollo pleno.
El
caso chileno es interesante porque es el país más neoliberal de la región más
neoliberal del mundo. Este modelo económico impacta, por supuesto, económicamente
la sociedad chilena y se filtra en las demás esferas de la sociedad, reconfiguran
el campo y el alcance de los sistemas políticos, e intervienen sobre el ámbito
cultural e ideológico, transformando las condiciones de reproducción de
subjetividades e identidades.
En
este país, a lo largo de 30 años, las políticas neoliberales consiguieron
privatizar casi la totalidad de los servicios básicos (agua, luz, transporte),
el sistema de pensiones e importantes sectores de la Salud y asimismo, la
Educación.
De
esta manera, con el paso del tiempo se propicio un país con mejoras en los servicios,
pero simplemente para quienes los pueden pagar. La idea de una sociedad educada
para la mejora del país no es preocupante para los dirigentes políticos.
Lamentablemente, las mayorías son excluidas.
Aunado
a todo ese pseudo-desarrollo, las tasas de ganancias de los grandes grupos
económicos eran las más altas de la historia y al mismo tiempo el país se
ubicaba entre las peores 12 del mundo con respecto a la distribución del
ingreso del país.
El
país tenía algunos años de haber salido de una dictadura legitimada por la
coacción miliar. Sin embargo, es contradictorio que cuando la dictadura terminó
hubo un proceso de negociación en la que los gobiernos subsecuentes continuaron
instalando políticas neoliberales que fueron iniciadas en la dictadura. La
ciudadanía fue excluida del proceso de reconstrucción democrática.
En
lo que a la educación respecta, chile se conformó como un laboratorio de
aplicación de fórmulas neoliberales. Entre las acciones de estas formulas
encontramos:
aa) El
diseño de un sistema de financiamiento basado en subsidios estatales portables
para los alumnos del sistema escolar independientemente de si ellos asistían a
establecimientos de administración pública o privada.
bb) La
privatización de un número creciente de escuelas.
cc) La
promoción de mecanismos de competencia de tipo mercado entre las mismas.
dd) El desmantelamiento
de la educación pública y el poderío de los dueños de colegios, que reciben
subvención estatal, para lucrar con dichos dineros, cobrar a las familias y
seleccionar estudiantes.
Este
singular sistema, además, quedó amarrado por una ley con rango constitucional,
promulgada por la dictadura militar días antes de dejar el gobierno y ha
generado graves problemas de calidad educacional, inequidad y un inédito
fenómeno de segmentación sociocultural entre las escuelas chilenas.
De
esta manera la educación en chile, está bastante influenciada por una ideología
que da una importancia indebida a los mecanismos de mercado para mejorar la
enseñanza y el aprendizaje y parece estar conscientemente estructurada por
clases sociales.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En
toda movilización los medios de comunicación representan un elemento importante
dentro del proceso de socialización.
Mientras medios de comunicación internacionales como El País de España y
The New York Times han analizado las manifestaciones estudiantiles en Chile
desde el punto de vista de su masividad y demandas, comparándolo incluso con la
“primavera árabe” por el periódico estadounidense, la cobertura de la mayoría
de los medios nacionales ha recibido diversas críticas.
Los medios nacionales se presentan subjetivos en contra del movimiento. La
presidenta del Observatorio de Medios, Fucatel, Manuela Gumucio, afirmó que los
medios locales eran tendenciosos, pues durante un reportaje sobre una marcha
del movimiento, “el 90 por ciento del reportaje, que era muy reiterativo,
mostró imágenes de asaltos y autos quemados”, situaciones muy negativas de las
protesta.
Es claro que asociar el movimiento a desorden y hechos de violencia es
un reduccionismo del fenómeno que no contribuye a controlar la crisis ni
mejorar las condiciones.
Sin embargo, la credibilidad de los medios se vio algo afectada y a
pesar de la situación tendenciosa, los estudiantes pudieron instalar ciertas
frases clave a través de los medios de comunicación.
Al respecto, los
estudiantes movilizados han indicado en diversas ocasiones que los principales
medios de comunicación del país han actuado de forma tendenciosa en contra de
las manifestaciones. Dentro de las principales acusaciones están la asociación
realizada por medios de prensa entre las reivindicaciones estudiantiles con los
incidentes ocurridos durante las marchas y que han dejado centenares de
detenidos.
Así,
por ejemplo, fue denunciada la utilización de la fotografía de un encapuchado
por 24 horas, el noticiero de la estatal Televisión Nacional
de Chile, durante
varias notas respecto a las movilizaciones, incluso en algunas que no estaban
relacionadas con las marchas. La denuncia fue recibida por el Colegio de
Periodistas e inició una investigación en su tribunal de ética, mientras el
directorio del canal reconoció el error y responsabilizó al editor de prensa.
La
Asociación Chilena de Organismos No Gubernamentales presentó ante el Consejo Nacional de
Televisión un reclamo
contra Canal 13 por un extenso reportaje de Constanza Santa
María titulado
"La otra cara de las marchas" y enfocado en los incidentes producto
de la marcha estudiantil del 15 de junio. La organización manifestó que la nota
pretendía "criminalizar a los movimientos sociales" y
presentaba "un grave sesgo que atenta contra el pluralismo, la
democracia y la paz social".
Otras
denuncias apuntaron a una supuesta censura
respecto a las movilizaciones, poniendo como ejemplo que ni TVN ni Canal 13.
El
22 de agosto,
el periódico Las Últimas Noticias colocó como titular «Camila Vallejo
no quiso mover la colita» acompañado de una foto de la dirigente en el contexto
de su discurso en la «Marcha de los remolinos». La frase, referida a un
movimiento de carácter sensual de las nalgas, provocó duras críticas contra el
medio por su contenido calificado como machista.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile condenó la portada
diciendo que era «sexista», agregando que la portada “agrede al
movimiento [,] agrede a Camila Vallejo [y] agrede a las mujeres”.
PROPUESTA
Para pasar a una
nueva fase de la lucha contra la educación de mercado el movimiento estudiantil
necesita resolver varios problemas fundamentales:
·
Primeramente, debe dotarse de un petitorio unificado que
garantice la unidad de todos sus componentes, base para un proyecto educacional
alternativo al actual modelo y a las reformas superficiales propuestas por el
duopolio hegemónico del poder político (Coalición y Concertación).
·
Al mismo tiempo debe superar los peligros que lo acechan
desde su derecha y desde su “izquierda”. El movimiento estudiantil debe
preservar su independencia frente a los cantos de sirena que la Concertación
redoblará en un año de elecciones para intentar ponerlo a su remolque y captar
el capital político conquistado durante las movilizaciones.
·
Sin atribuirse roles mesiánicos, el movimiento estudiantil
puede desarrollar acciones pedagógicas de politización hacia el resto de la
sociedad chilena. En buena medida ya lo hizo durante las grandes movilizaciones
del año pasado.
·
Es altamente probable que durante el presente año las
movilizaciones por la educación pública asuman formas distintas que en el 2011.
Sacando lecciones de la experiencia acumulada, varios líderes estudiantiles han
estimado que la estrategia basada en prolongados paros, tomas de
establecimientos educacionales y marchas, si bien dio sus frutos, tuvo sus
límites y no necesariamente constituirá la mejor línea de acción en los próximos
meses.
CONCLUSIONES
El movimiento social por la educación del 2011 es
un eslabón dentro de varios otros hitos que han ido transformando la sociedad
chilena estos últimos tiempos, desde la dictadura hasta hoy, pero con especial
fuerza en el último año, en los que se incluye las movilizaciones de pobladores
y ambientalistas, así como la lucha del pueblo mapuche y de las minorías
sexuales, entre otras.
De la misma manera, es un movimiento social que
ataca las raíces del supuestamente exitoso “modelo chileno”, ya que cuando se
regresa a la democracia no hubo grandes cambios con respecto a la dictadura,
sino que fue administrado por la concertación de partidos por la democracia,
coalición de centro izquierda que más bien profundizó el modelo económico
heredado de la dictadura.
Además, el movimiento
puede ser concebido como antineoliberal, ya que vuelve a poner en la discusión
el rol del sector público frente a los derechos sociales y crítica el rol del
preponderante entregado al mercado.
Podemos decir que,
sin duda, el movimiento de chile por la Educación fue de gran impacto político,
social y cultural dentro del territorio chileno y aún sigue vigente.
A pesar de que logro
muy poco, casi nada en el plano reivindicativo, ya que el gobierno simplemente
hizo reformas superficiales al modelo de “educación de mercado” que antes ya
habíamos planteado. Pues, claramente no se podía satisfacer el petitorio de los
estudiantes y sus aliados porque se pondría en riesgo todo el modelo
neoliberal.
Sin embargo, este
movimiento fue exitoso en términos de instalar en la opinión pública la
preocupación por la educación como tema de prioridad nacional, cuestionando
características esenciales del modelo imperante como el lucro, la desigualdad y
el rol meramente subsidiario del Estado.
Los componentes del
movimiento por la educación pública, especialmente los estudiantes,
contribuyeron de manera notable durante el año 2011 exponer el modelo
neoliberal impuesto por la dictadura y consolidado por los gobiernos de la
Concertación.
Su aporte no se
limitó al plano de la educación, también significó una crítica implacable -a
veces demoledora- de la institucionalidad y de las prácticas políticas
imperantes en el Chile postdictatorial.
La “clase política”
sin distinciones de partidos ni bloques fue sometida a la crítica más incisiva
de las últimas décadas y su nivel de desaprobación ciudadana alcanzó
porcentajes récords.
Sin embargo, con todo
esto, los estudiantes no consiguieron los puntos principales de sus petitorios.
La intransigencia del gobierno, que apostó a la represión, la manipulación
mediática, las presiones políticas y financieras sobre los establecimientos
públicos educacionales, además del cansancio y desgaste natural de estudiantes,
profesores y funcionarios de la educación luego de largos meses de paros,
tomas, asambleas y manifestaciones, puso término a este primer período de
movilizaciones con resultados ambiguos y sentimientos encontrados de sus
protagonistas.
El
movimiento es considerado como uno de los más fuertes desde el retorno a la
democracia y, en
conjunto con otras manifestaciones ocurridas durante el segundo año del gobierno de
Sebastián Piñera,
fueron interpretadas como parte de un movimiento social mayor que demanda
reformas sustanciales al modelo económico y político establecido durante la dictadura militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990 y que se mantiene por más de veinte
años sin cambios sustanciales, con el fin de reducir la fuerte desigualdad de
ingreso existente en
el país.
No
hay que dejar de lado ciertos logros, como que tras dos meses de
paralizaciones, una reconocida encuesta de opinión pública cuantificó el
respaldo que la movilización estudiantil ha suscitado en la ciudadanía, estableciendo
la existencia de un fuerte apoyo de la población (cerca de un 70%) a las
principales demandas del movimiento. El gobierno, en tanto, entró en una crisis
que derivó en una caída histórica en la aprobación presidencial y la
realización de sucesivos cambios de gabinete.
Es posible pensar que
en el mundo, con todas las movilizaciones que surgen dia con dia, vivimos un
período pre revolucionario, es así que los movimientos sociales no deben
participar en el juego político institucional, tienen que construir su propio
espacio de poder lejos del Estado, en lo posible ignorándolo, para concentrarse
en potenciar su identidad y memoria y en el desarrollo de recursos propios.
Asimismo, los
movimientos sociales populares (en este caso el estudiantil) sólo deben
deliberar (permanentemente), concordar, imponer y no tranzar Los partidos
políticos no son necesarios -ni ahora ni más tarde- desde el momento en que las
‘bases ciudadanas’ ejercen su soberanía
FUENTES:
Smink,
Verónica (Miércoles, 10 de agosto de 2011). «Las razones de las protestas
estudiantiles en Chile». BBC Mundo.
Consultado el 10 de septiembre de 2012.
González,
Juan et. Al. “PERSPECTIVAS Y SIGNIFICADOS DEL MOVIMIENTO NACIONAL DEESTUDIANTES
SECUNDARIOS CHILENOS”, Observatorio Chileno de Políticas
Educativas, Universidad de Chile 2012.
[1] Smink, Verónica (Miércoles, 10 de agosto de 2011). «Las
razones de las protestas estudiantiles en Chile».
BBC Mundo. Consultado el 10 de septiembre de 2012.
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